viernes, 2 de mayo de 2014

Los toros de la H: Cuadri

Era por la mañana, el cielo estaba nublado y hacía algo de humedad. Iba con un amigo, por el campo, hablando de toros, pero por un momento me dejó solo. Entre la inmensidad del campo destacaba una cancela y encima de ella una letra, no una letra cualquiera, era la letra H...

Entre la inmensidad del campo destacaba una letra...
Entonces vino a mi memoria cuando era niño y las prisas porque llegase el sábado para ir al campo hacían de la semana algo interminable. Las clases eran un suplicio y mi impaciencia de niño parecía parar el tiempo. Estudiábamos el abecedario. Mi lema siempre era: "cuanto antes terminemos, antes salimos y antes llega el sábado". Evidentemente eso era lo que parecía, porque al final siempre salíamos cuando nos correspondía y el sábado llegaba cuando tenía que llegar. Las letras se agolpaban y siempre me llamaba una la atención: la H. Recordé como decíamos todos que aquella letra no servía para nada, que no sonaba y que para qué existía. Lo cierto es que por ser "muda" y diferente a las demás a ninguno se nos olvidaba...

A medida que avanzábamos en nuestra enseñanza fuimos comprobando como aquella letra era mucho más útil de lo que parecía. No sonaba, pero servía muchísimo en la lectura. Solo con su presencia era más importante que muchas de las que tenía sonido... y mi amigo volvió. Dejé el pensamiento de aquella letra para más tarde y nos fuimos a ver los toros. No estaba en cualquier finca, ni iba a ver unos toros cualquiera, estaba en "Comeuñas", provincia de Huelva, para ver a los mozos de Cuadri. 

No estaba en cualquier sitio, estaba en "Comeuñas"...
Con mi gran amigo Marín, un sabio del toro de Cuadri, caminé entre los cerrados. Iba asombrado. El Toro, con mayúsculas, destacaba sobre la naturaleza en todo su esplendor. La hierba crecía lustrosa, celosa del protagonismo del toro. El toro lucía majestuoso intentando destacar entre tanta belleza. Ninguno de los dos se daba cuenta que uno sin el otro no tendrían sentido, que el toro le da protagonismo a la hierba y la hierba le da majestuosidad al toro. 

El Toro destacaba sobre la naturaleza en todo su esplendor...
...la hierba crecía celosa del protagonismo del toro...
...y él lucía majestuoso entre tanta belleza...
Íbamos andado por allí y entre los alambres había un cartel enganchado. Ponía "Ganado Bravo", como si el que anda por aquellos lares no supiese la clase de ganado que se cría en el paraíso de "Comeuñas". Tras esos alambres uno de los toros de la corrida de Azpeitia parecía posar, como si fuese consciente de su belleza. Un hermano suyo de perfectas hechuras bebía en una charca mientras una mirada seria protegía su territorio. 

Como si no se supiese el ganado que se cría en esta tierra...
...uno de los toros parecía posar...
...mientras otro bebía en la charca...
...y una mirada seria protegía su territorio...
Pasado un rato un caballo se divisó por el horizonte. Era el mismísimo D. Fernando Cuadri. Nos saludó con amabilidad y me sorprendió su sabiduría del toro y el campo. Mientras hablábamos se dio la vuelta esperando a un semental que venía de las vacas. En su montura me llamó la atención una letra, de nuevo la H, era el hierro de Cuadri, pero también servía para definir al señor que iba montado en el caballo. Humildad se escribe con H. 

Un caballo se divisó en el horizonte...
...era D. Fernando Cuadri, que esperaba a un semental...
...en su montura la letra H, H de Cuadri, H de humildad...
Después de dejar al semental en su cerrado correspondiente pudimos ver la corrida de Valencia. Mientras Marín llenaba los comederos de pienso y paja uno de los toros mugía desde la lejanía, como queriendo avisar a sus compañeros de que la mesa estaba puesta. Uno se rascaba echado y otro aprovechaba la aspereza del tronco de la encina. 

Mientras Marín llenaba los comederos...
...uno de los toros mugía en la lejanía...
...su hermano se rascaba echado...
...mientras otro aprovechaba la aspereza de la encina...
La corrida, muy pareja y de buenas hechuras, iba llegando desde el inmenso cerrado hasta los comederos. Tras la comida todos parecen jugar juntos, excepto con el 44. Con él parecen tener siempre la mosca detrás de la oreja y se tiene que esconder por los recovecos que la naturaleza le ofrece. 

La corrida, de muy buenas hechuras, iba llegando...
...hasta los comederos...
...después parece que juegan...
...pero tienen la mosca detrás de la oreja...
...con el 44, por eso siempre anda escondido...
Después de Valencia tomamos rumbo hacia Madrid. D.Fernando observa a sus toros con detenimiento, como queriendo adivinar su juego. Su sobrino D. Antonio Abad acerca a los toros a los comederos y el mayoral de la casa, D. Gaspar, recoge al número 7 "Tejedor" que andaba de paseo por el inmenso cerrado. 

D. Fernando observa sus toros con detenimiento...
...su sobrino D. Antonio Abad los acerca hasta los comederos...
...y el mayoral recoge a "Tejedor" que andaba perdido...
Al reunirse con sus compañeros "Tejedor" escarba. La tierra rojiza parece fuego que arde por su lomo. La bravura parece salir por un momento pero al arrancar un trozo de hierba su mirada delata nobleza. La bravura sigue latente, esperando tocar el albero de "Las Ventas". 

La bravura parece arder sobre su lomo...
...pero al arrancar un trozo de hierba su mirada delata nobleza...
La corrida es muy seria y entre todos destaca el número 8 "Legionario". Es un toro de mucho trapío, largo como un tren, muy en el tipo de la casa. Mira hacia nosotros y mi amigo Marín, muy torero, con una pincelada me dice que le recuerda a "Frijonero"...

Destaca el nº 8 "Legionario"...
...que es muy serio, está muy en el tipo de la casa...
...y recuerda a "Frijonero"...
Entonces en el cerrado de detrás un semental parece querer pelea. Se vuelve rápido y muge. Parece sentir envidia de la juventud de los de Madrid. Clava los pitones en la tierra y reburdea serio y desafiante. "Macetero" le contesta y otro de los toros escarba nervioso. Hay tensión en el ambiente. Otro se asoma entre sus hermanos, curioso, para ver que ocurre. 

Un semental parece querer pelea, se vuelve y muge...
...clava los pitones en la tierra...
...y reburdea serio y desafiante...
..."Macetero" le contesta...
...algunos escarban nerviosos...
...y otro se asoma curioso a ver que pasa...
Tras un rato el semental se va y vuelve la calma. "Salero" se rasca con la lengua mientras dos de sus hermanos juegan. Me acerco a la pared cuando los toros se van alejando y vuelvo a mirar esa letra en la cancela. Esa letra que siempre me hizo pensar. Tras admirar el hábitat de los toros de "Cuadri" pienso que el hierro de esos toros no podía ser otro. H de su tierra, de Huelva. H de homenaje, el homenaje de "Comeuñas" al Toro y a la naturaleza, allí donde los toros viven en un paraíso. H de hospitalidad, esa hospitalidad de la familia Cuadri hacia al aficionado, la base de la fiesta. Pero sobretodo H de humildad, esa humildad tan poco común en el mundo del toro y que a D. Fernando y a su familia le sobran por los cuatro costados, porque Cuadri es una ganadería como la H, a la que no le hace falta hablar porque ya hablan sus toros en el ruedo, una ganadería que no puede faltar en el abecedario taurino, una ganadería que por ser diferente a las demás es muy difícil de olvidar...

Vuelve la calma y "Salero" se rasca...
...mientras dos compañeros juegan...
...los toros se van y la H me vuelve a hacer pensar...
Agradecer a D. Fernando Cuadri y a D. Antonio Abad Cuadri el trato recibido y desearles suerte para la temporada. A mi gran amigo Marín decirle que se nota que lleva el hierro de Cuadri en el corazón porque la humildad y la hospitalidad las lleva por bandera ¡Muchísimas gracias Marín!

Pd: Si quiere admirar la belleza de los toros de Cuadri, conocer sus reatas y sentirse como en "Comeuñas" le recomiendo que se pase por "El Retoñal"